
Los vestidos de El Maniquí Vintage salen a la calle Sant Sever
Aprovechando el final del verano, quisimos celebrar el cambio de estación con una selección de vestidos vintage. De ahí que se pasearan por la entrada de El Maniquí Vintage algunas de las prendas más bellas de nuestro catálogo.
Comenzaremos el repaso con el vestido que aparece en la cabecera, una prenda colorista que cuenta con alrededor de medio siglo de historia. Diseño francés y print de reminiscencias florales.
Más reciente, comienzos de siglo, encontramos una prenda diseñada por Comptoir des Cotonniers. Seda y cuentas bordadas en las mangas. Sin duda, una joya de la firma francesa. Como en el anterior modelo, el cinturón juega un rol importante en el conjunto.
El siguiente vestido fue pertenece a una tienda madrileña de alta costura. Presenta los atractivos de la seda salvaje, es una creación de los años cincuenta, con pliegues en tabla y a la que complementa un cinturón ‘noventero’ de piel.
A continuación, otra prenda de los noventa. En este caso, el blanco hace un fantástico juego con el sombrero de rafia, ideal para looks veraniegos que buscan elegancia y versatilidad.
Para que veáis que la rafia es atemporal, hemos combinado otro vestido, en este caso, bordado suizo de la década de los noventa, con un precioso casquete de los cincuenta.
Seguimos con un vestido camisero de Burberry que emula al tejano y que entalla un cinturón de hebilla metálica. Ideal para momentos casual que no quieren renunciar a la elegancia.
Y para finalizar, una combinación de los noventa: vaporoso plumeti de seda en una blusa confeccionada por Valentino. Aparece combinada con una falda y chaqueta de gabardina, ambas de algodón, de Loewe. Con este look insistimos en las posibilidades del sombrero, un complemento que en El Maniquí Vintage nos encanta, como ya os hemos explicado en otras ocasiones.
Así, con estos vestidos de El Maniquí Vintage damos por cerrado el verano y adentrarnos en septiembre. Y aunque echaremos al sol de menos, pensad que el cambio de temperaturas también supone un cambio de vestuario, ¡con toda la diversión que eso conlleva!
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